viernes, 12 de junio de 2009

algo mas sobre los volcanes


Vulcanismo y metamorfización
Durante el transcurso de la
historia geológica, las chimeneas volcánicas y las grietas tectónicas han ido arrojando CO2 desde el interior de la Tierra hacia la atmósfera. El ritmo de emisión ha sido variable, cambiando de forma proporcional a la actividad tectónica y a la velocidad de separación, o de choque, entre las placas.
Según una teoría clásica, esta desgasificación de CO2 del interior de la Tierra producida por el vulcanismo ha sido fundamental en los cambios climáticos, cuando se consideran estos en escalas largas de tiempo.
Se ha comprobado que durante los últimos 500 millones de años ha existido una buena correlación, aunque no perfecta, entre las épocas de clima cálido y las épocas de mayor abundancia de rocas ígneas, que son a su vez unas buenas indicadoras de un aumento de la expulsión de CO2 a la atmósfera.
Fischer sugirió que, en escalas muy largas de tiempo (de decenas o centenas de millones de años), la Tierra ha ido pasando de "períodos-invernadero" a "períodos-nevera", según haya sido el alcance de la actividad tectónica y la liberación de CO2.
Pero no siempre los cálculos de las concentraciones de CO2 concuerdan con el de las temperaturas. Así, durante el Ordovícico, hace 400 Ma, geólogos de la Universidad de Nuevo Mexico calcularon una concentración de CO2 quince veces superior a la actual, y sin embargo, a final de este período, se cree que hubo una glaciación. Y a la inversa, otros geólogos, estudiando la época del
Plioceno de hace 3,5 Ma, supuestamente caliente, con los hielos de la Antártida reducidos a la mitad de los de hoy, encontraron que la concentración de CO2 era semejante a la actual.
¿De dónde proviene el CO2? El CO2 arrojado por los volcanes no suele ser un CO2 primigenio —atrapado en el interior de la Tierra desde los tiempos de su formación—, sino que suele ser un CO2 reciclado, proveniente de un carbonato (generalmente calizo: CaCO3) precipitado previamente en el océano, hundido y metamorfizado después en las profundidades de la litosfera.
Esto es, por ejemplo, lo que ocurre en los Andes, en una zona tectónica de choque de dos placas y en donde una de ellas —la placa de Nazca, en el Pacífico, al oeste— se hunde bajo la otra —la placa Sudamericana, al este—. El CO2 arrojado a la atmósfera por el rosario de volcanes andinos proviene en gran parte de la metamorfización en profundidad de los carbonatos calcáreos sedimentados en el Pacífico.
Ocurre que en la subducción tectónica las calizas son arrastradas y sometidas

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