martes, 16 de junio de 2009


volcanes en erupcion







viernes, 12 de junio de 2009

areas vulnerables a riesgos volcanicos







vulcanismo del campo de calatrava


Vulcanismo del Campo de Calatrava

Saltar a La región volcánica del Campo de Calatrava constituye, junto con la de
Olot, en Gerona, y la de Cabo de Gata, en Almería, una de las tres zonas de vulcanismo reciente más importantes de la Península Ibérica. Su actividad se desarrolló entre hace 1,75 y 8,7 millones de años, es decir, durante el Plioceno y el Cuaternario. Es, por tanto, una actividad bastante reciente, lo que ha permitido que los edificios volcánicos conserven en buena parte su morfología original, y sus productos se hayan preservado en buenas condiciones de observación hasta la actualidad.
La región volcánica tiene una extensión total de unos 5.000 km², e incluye unos 240 edificios volcánicos diferenciados. Algunas de las principales localidades que quedan incluidas dentro del área son Ciudad Real, Miguelturra, Almagro, Daimiel y Bolaños. Puertollano se sitúa próxima a su extremo Sur, mientras que los edificios volcánicos más próximos a Almadén son los de La Bienvenida y Cabezarados.

Vulcanismo estromboliano
El volcanismo estromboliano originó pequeños volcanes cónicos, actualmente degradados a cerros redondeados, de formas troncocónicas a semiesféricas, dependiendo del grado de erosión. Sus diámetros van desde los 100 m a los 2 km, y sus alturas, desde 20 a 120 m. Sólo ocasionalmente se identifican depresiones tipo cráter. De estos volcanes suelen partir coladas de lavas de diferente importancia, que pueden llevar a alcanzar los 6-7 km de longitud. Algunos de los mejores ejemplos de este tipo de volcán son los de La Yezosa, en Almagro, y Cerro Gordo, en Valenzuela de Calatrava.

Vulcanismo hidromagmático [El volcanismo hidromagmático es el más frecuente en la región, y da origen a unos edificios volcánicos muy característicos, pero a menudo difíciles de identificar como tales en el terreno: se trata de los denominados "maares", que llegan a alcanzar diámetros de 1-1.5 km. Uno de los ejemplos más típicos puede ser la Hoya del Mortero, en Poblete.
Por otra parte, es relativamente frecuente que se sucedan momentos de actividad hidromagmática y estromboliana a partir del mismo centro emisor.

Petrografía [Los materiales volcánicos que aparecen en el Campo de Calatrava son variados, tanto explosivos como efusivos, presentando cenizas, lapillis, escorias, bloques lávicos y bombas; y por otro lado, coladas de variada morfología, se manifiestan en fondos de valle y en vertientes. Los magmas son siempre básicos, por lo que la existencia de actividad explosiva que se ha registrado en ocasiones no parece muy acorde, esto se puede explicar por la existencia de acuíferos subterráneos, que con el calor del magma generaron una potente explosión freática o hidromagmática; o sobre todo por un exceso de gas carbónico en algunos magmas, que dieron lugar a la apertura de diatremas.
Las rocas volcánicas emitidas por estos volcanes corresponden a
basaltos en sentido amplio: se pueden diferenciar una serie de variedades, tanto composicionales: melilititas olivínicas, limburgitas, nefelinitas olivínicas, basaltos y basanitas o leucititas olivínicas, como texturales: rocas porfídicas masivas, piroclastos escoriáceos, y depósitos hidromagmáticos.

Variedades porfídicas masivas [Las variedades porfídicas masivas presentan textura porfídica, y están constituidas por fenocristales de olivino o de olivino y piroxeno en matriz microcristalina a vítrea, formada por microcristales de augita, óxidos de hierro y titanio (magnetita-ilmenita) y olivino. Además pueden presentar plagioclasa, feldespatoides, melilita y vidrio, en proporciones variables, lo que permite la clasificación petrográfica más fina antes mencionada.
En lo que se refiere a sus aplicaciones, estas variedades masivas se han empleado hasta fechas recientes en la obtención de adoquines para la pavimentación de calles. Su principal aplicación actual es la obtención de áridos de trituración y, en especial, para la obtención de
balasto para el Tren de Alta Velocidad. Una de las principales canteras existentes sobre este tipo de materiales es la del Morrón de Villamayor. También tienen utilidad como rocas de construcción.

Variedades piroclásticas escoriáceas [Las variedades piroclásticas escoriáceas son rocas muy vacuolares, de tipo "piedra pómez", que aparecen formando masas constituidas por fragmentos de estas rocas de tamaños muy variables: desde acúmulos de material de grano muy fino, pulvurulento (cenizas), hasta acúmulos de grandes bloques, pasando por acumulaciones muy heterométricas de fragmentos de tamaño medio centi- a decimétrico (lapilli), con presencia ocasional de fragmentos de tamaño muy superior (bombas). A continuación se muestran algunos ejemplos de este tipo de rocas:
Estos materiales se explotan en varias canteras de la región para la obtención de
puzolanas, lo que constituye su principal aplicación industrial. Hay que indicar, por otra parte, que han sido también utilizados como piedra de construcción, en monumentos tan significados como el Castillo de Calatrava La Nueva, o la ermita visigótica de la Virgen de Zuqueca, en Oreto, antigua e importante ciudad romana (Granátula de Calatrava).

Depósitos hidromagmáticosLos depósitos hidromagmáticos constituyen normalmente depósitos bien estratificados, en los que se suelen diferenciar facies planares, con laminación/estratificación paralela, y facies con estratificación cruzada. Además, suelen presentar grandes bombas de material no volcánico (cuarcitas, fundamentalmente).
Corresponden a tobas líticas o lítico-cristalinas, poco consolidadas y heterométricas, formadas mayoritariamente por fragmentos de rocas paleozoicas (cuarcitas, pizarras) o terciarias, siendo poco abundantes los componentes volcánicos cogenéticos (fragmentos basálticos, cristales de olivino, piroxenos, etc.).
No presentan utilidad industrial, más que para la obtención de áridos clasificados.

Geoquímica
Desde el punto de vista geoquímico, las rocas volcánicas de la región del Campo de Calatrava corresponden a un magmatismo alcalino de intraplaca, generado a partir de bajas tasas de fusión parcial del manto superior. Los magmas serían líquidos primarios, como indican los altos contenidos en Ni y el alto valor del parámetro #Mg (=MgO/MgO+FeO).
La tabla adjunta muestra la composición química media y la norma CIPW calculada de las diferentes variedades petrográficas porfídicas.
Estos caracteres geoquímicos, y el estudio de su evolución espacial y temporal, permiten establecer que el magmatismo de la región del Campo de Calatrava podría estar relacionado con la existencia de un punto caliente asociado a un proceso de elevación cortical y posiblemente de "rifting" abortado.

Yacimientos minerales relacionados
Asociado a este magmatismo encontramos una serie de yacimientos minerales, de escasa importancia minera, ya que por lo general presentan escaso tonelaje, pero que constituyen un tipo único a nivel mundial. Se trata de mineralizaciones de óxidos de Fe y de Mn, las segundas con el interés añadido de que presentan contenidos relativamente elevados en Co, lo que ha hecho que hasta fecha reciente hayan sido objeto de prospección minera, con ánimo de localizar alguna masa de suficiente volumen como para permitir su explotación.
Son yacimientos de origen sedimentario, que encontramos como niveles dentro de las secuencias del Plioceno y Cuaternario, constituyendo masas lenticulares de cierta potencia (hasta varios metros) y extensión lateral (varios cientos de metros, en los mejores casos). Su origen parece estar relacionado con el de otras manifestaciones características del área y mucho más conocidas: los manantiales de "agua agria" o "hervideros", el más conocido de los cuales podría ser la "Fuente Agria" de Puertollano. El nexo genético sería que ambos, mineralizaciones y manantiales, serían manifestaciones de actividad hidrotermal póstuma ligada al magmatismo.
En lo que se refiere a las mineralizaciones, se pueden establecer dos grandes tipos:
Mineralizaciones proximales con respecto a focos hidrotermales. Son a su vez de dos tipos:
Encostramientos de óxidos de Fe-Mn
Capas de "canutillos" de óxidos de Mn-(Co)
Desde el punto de vista mineralógico, los minerales que podemos encontrar en estos yacimientos son óxidos e hidróxidos complejos de Mn (criptomelana y litioforita, fundamentalmente). Son minerales de hábito terroso, micro- o criptocristalinos, sin apenas interés para coleccionismo.

Costras de Fe-Mn [Las costras de óxidos de Fe-Mn son formaciones lenticulares de algunos metros de espesor por varios centenares de metros cuadrados de extensión, en general asociadas a alguna surgencia de aguas agrias. Las costras están formadas por nódulos de óxidos de Mn cobaltífero recubiertos por una corteza de 1-1.5 cm. de espesor de óxidos e hidróxidos de hierro. Uno de los yacimientos más representativos de esta tipología es el de la mina de La Zarza, localizada a unos 2 km al SSO de Pozuelo de Calatrava.

Capas de "canutillos"Las capas de "canutillos" constituyen acumulaciones de pequeñas estructuras vegetales reemplazadas por óxidos de Mn cobaltífero, que aparecen formando niveles de hasta 2-3 m. de potencia entre materiales de tipo aluvial. La mina de El Chorrillo, situada en proximidad de la de La Zarza, es uno de los mejores ejemplos de este tipo de mineralizaciones.

Capas de pisolitosLas capas con pisolitos de óxidos de Mn corresponden a mineralizaciones que han sufrido un cierto transporte con respecto a los focos hidrotermales. Están formadas por niveles lenticulares en los que son muy abundantes las estructuras pisolíticas, de diámetro centimétrico, constituidas por los óxidos e hidróxidos de Mn. El yacimiento de Los Ardales se puede considerar representativo de esta tipología.

algo mas sobre los volcanes


Vulcanismo y metamorfización
Durante el transcurso de la
historia geológica, las chimeneas volcánicas y las grietas tectónicas han ido arrojando CO2 desde el interior de la Tierra hacia la atmósfera. El ritmo de emisión ha sido variable, cambiando de forma proporcional a la actividad tectónica y a la velocidad de separación, o de choque, entre las placas.
Según una teoría clásica, esta desgasificación de CO2 del interior de la Tierra producida por el vulcanismo ha sido fundamental en los cambios climáticos, cuando se consideran estos en escalas largas de tiempo.
Se ha comprobado que durante los últimos 500 millones de años ha existido una buena correlación, aunque no perfecta, entre las épocas de clima cálido y las épocas de mayor abundancia de rocas ígneas, que son a su vez unas buenas indicadoras de un aumento de la expulsión de CO2 a la atmósfera.
Fischer sugirió que, en escalas muy largas de tiempo (de decenas o centenas de millones de años), la Tierra ha ido pasando de "períodos-invernadero" a "períodos-nevera", según haya sido el alcance de la actividad tectónica y la liberación de CO2.
Pero no siempre los cálculos de las concentraciones de CO2 concuerdan con el de las temperaturas. Así, durante el Ordovícico, hace 400 Ma, geólogos de la Universidad de Nuevo Mexico calcularon una concentración de CO2 quince veces superior a la actual, y sin embargo, a final de este período, se cree que hubo una glaciación. Y a la inversa, otros geólogos, estudiando la época del
Plioceno de hace 3,5 Ma, supuestamente caliente, con los hielos de la Antártida reducidos a la mitad de los de hoy, encontraron que la concentración de CO2 era semejante a la actual.
¿De dónde proviene el CO2? El CO2 arrojado por los volcanes no suele ser un CO2 primigenio —atrapado en el interior de la Tierra desde los tiempos de su formación—, sino que suele ser un CO2 reciclado, proveniente de un carbonato (generalmente calizo: CaCO3) precipitado previamente en el océano, hundido y metamorfizado después en las profundidades de la litosfera.
Esto es, por ejemplo, lo que ocurre en los Andes, en una zona tectónica de choque de dos placas y en donde una de ellas —la placa de Nazca, en el Pacífico, al oeste— se hunde bajo la otra —la placa Sudamericana, al este—. El CO2 arrojado a la atmósfera por el rosario de volcanes andinos proviene en gran parte de la metamorfización en profundidad de los carbonatos calcáreos sedimentados en el Pacífico.
Ocurre que en la subducción tectónica las calizas son arrastradas y sometidas

una mirada a los volcanes







miércoles, 10 de junio de 2009

LOS VOLCANES CONSTITUYEN EN:





Un volcán constituye el único conducto que pone en comunicación directa la superficie terrestre con los niveles profundos de la corteza terrestre. La palabra volcán se derivó del nombre del dios mitológico Vulcano.
Este el único medio para observar y estudiar los materiales líticos de origen magmático, que representan el 80 por ciento de la corteza sólida. En la profundidad del manto terrestre, el magma bajo presión asciende, creando cámaras magmáticas dentro o por debajo de la corteza. Las grietas en las rocas de la corteza proporcionan una salida para la intensa presión, y tiene lugar la
erupción. Vapor de agua, humo, gases, cenizas, rocas y lava son lanzados a la atmósfera.
Un volcán, en esencia, es un aparato geológico, comunicante temporal o permanentemente entre el
manto y la superficie terrestre. Un volcán es también una estructura geológica, por la cual emergen el magma (roca fundida) y los gases del interior de un planeta. El ascenso ocurre generalmente en episodios de actividad violenta denominados «erupciones». Al acumularse el material arrastrado desde el interior se forma una estructura cónica en la superficie que puede alcanzar una altura variable desde unas centenas de metros hasta varios kilómetros. El conducto que comunica el reservorio de magma o cámara magmática en profundidad con la superficie se denomina chimenea. Esta termina en la cima del edificio volcánico, el cual está rematado por una depresión o cráter.
Algunos volcanes después de sufrir erupciones grandes, se colapsan formando enormes depresiones en sus cimas que superan el
kilómetro de diámetro. Estas estructuras reciben el nombre de calderas.
La viscosidad (fluidez) de las lavas arrojadas por volcanes depende de su composición química. Así, las lavas más fluidas, o de «tipo hawaiano», tienen composiciones ricas en hierro y magnesio y tienen un índice bajo de
sílice. Cuando emergen por la chimenea se almacenan en el cráter o caldera hasta desbordarse, formándose ríos de magma que pueden fluir distancias de varias decenas de kilómetros.

Fuente de lava de 10 metros de altura en un volcán de Hawái, (Estados Unidos).
Las lavas más viscosas tienen un alto contenido en sílice y
vapor de agua. Dado que fluyen pobremente, forman un tapón en la chimenea que da lugar a erupciones explosivas, aumentando el tamaño del cráter. En casos extremos pueden destruir completamente el cono volcánico como sucedió durante la erupción del Monte Santa Helena, en el estado de Washington, (Estados Unidos) en 1980.
La lava no erupciona siempre desde una chimenea central; puede abrirse camino también a través de aberturas en los flancos del volcán. Si estas erupciones son continuas pueden dar lugar a lo que se conoce como
cono parásito. El volcán Etna, en Sicilia (Italia), posee más de 200 de estos conos parásitos y algunos de ellos sólo expulsan gases. Estos últimos se llaman fumarolas.
Por lo general, los volcanes están asociados a los límites de
placas tectónicas, aunque hay excepciones como el vulcanismo de puntos calientes o hot spots ubicados en el interior de placas tectónicas, tal como es el caso de las islas Hawaii; esta teoría es barajada también para explicar el origen del Archipiélago Canario.
Los
geólogos han clasificado los volcanes en tres categorías: volcanes en escudo, conos de cenizas y conos compuestos (también conocidos como estratovolcanes).
Un volcán de suma importancia fue el
Paricutín, en el estado de Michoacán, México, aunque no es de grandes dimensiones, su importancia radica en lo que aportó a la vulcanología (1940s-50s) ya que pudo ser estudiado por Gerardo Murillo, el "Dr Atl" desde su nacimiento hasta su muerte (durando su vida cerca de una década).

Erupción de cenizas del volcán Pacaya, Guatemala en 1976.
Contenido[
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Olympus Mons, el volcán más grande del Sistema Solar situado en el planeta Marte.
La
Tierra no es el único planeta del Sistema Solar que tiene actividad volcánica. Venus tiene un intenso vulcanismo con unos 500.000 volcanes. Marte tiene la cumbre más alta del sistema solar: el Monte Olimpo, un volcán dado por apagado con una base de unos 600 km. y más de 27 km. de altura. La Luna está cubierta de inmensos campos de basalto.
También existen volcanes sobre algunos
satélites de Júpiter y Neptuno: en concreto, en Ío y Tritón. La sonda Voyager 1 permitió fotografiar en marzo de 1979 una erupción en Ío, mientras que la Voyager 2 descubrió en agosto de 1989, sobre Tritón, rastros de criovulcanismo y géiseres. Se conocen también criovolcanes en Encélado. Los astrofísicos estudian los datos de esta cosecha fantástica que extiende el campo de estudio de la vulcanología. El conocimiento del fenómeno tal como se produce sobre la Tierra pasa en adelante por su estudio en el espacio. La composición química de los volcanes varía considerablemente entre los planetas y los satélites y el tipo de materiales arrojados es muy diferente de los emitidos en la Tierra (azufre, hielo de nitrógeno, etc).[1]

Actividad volcánica [editar]
La salida de productos gaseosos, líquidos y sólidos lanzados por las explosiones constituye los paroxismos o erupciones del volcán. Muchos de los volcanes que actualmente existen en la superficie de la Tierra no han dado muestras de actividad eruptiva y por eso se denominan volcanes inactivos, independientemente de que en algún momento alcancen la actividad. Otros se hallan, o se han hallado en tiempos históricos no muy lejanos, en actividad, y por eso se les llama volcanes activos.
La actividad eruptiva es casi siempre intermitente, ya que los períodos de paroxismo alternan con otros de descanso, durante los cuales el volcán parece extinguido (
Vesubio, Teide, Teneguía, Fuji, etc.). Consiste en el desplazamiento de las rocas ígneas o en estado de fusión, desde el interior de la corteza terrestre hacia el exterior. Estos materiales salen a la superficie terrestre como si fueran ríos de rocas fundidas, conformando un volcán activo, al impulso de los gases.

Tipos de erupciones volcánicas [editar]
Artículo principal:
Erupción volcánica
La temperatura, composición, viscosidad y elementos disueltos de los magmas son los factores fundamentales de los cuales depende el tipo de explosividad y la cantidad de productos volátiles que acompañan a la erupción volcánica.

Hawaiano [editar]
Sus lavas son bastante fluidas, sin que tengan lugar desprendimientos gaseosos explosivos; estas lavas se desbordan cuando rebasan el cráter y se deslizan con facilidad por la ladera del volcán, formando verdaderas corrientes que recorren grandes distancias. Por esta razón, los volcanes de tipo hawaiano son de pendiente suave. Algunas partículas de lava, al ser arrastradas por el viento, forman hilos cristalinos que los nativos llaman cabellos de la diosa
Pelé (diosa del fuego). Son bastante comunes en todo el planeta.

Estromboliano [editar]
Artículo principal:
Estromboliano

Erupción del Stromboli (Italia) en 1980.
Este tipo de volcán recibe el nombre del
Stromboli, volcán de las islas Lípari (mar Tirreno), al Norte de Sicilia. Se originan cuando hay alternancia de los materiales en erupción, formándose un cono estratificado en capas de lavas fluidas y materiales sólidos. La lava es fluida, desprendiendo gases abundantes y violentos, con proyecciones de escorias, bombas y lapilli. Debido a que los gases pueden desprenderse con facilidad, no se producen pulverizaciones o cenizas. Cuando la lava rebosa por los bordes del cráter, desciende por sus laderas y barrancos, pero no alcanza tanta extensión como en las erupciones de tipo hawaiano.

Vulcaniano [editar]
Del nombre del volcán
Vulcano en las islas Lípari. Se desprenden grandes cantidades de gases de un magma poco fluido, que se consolida con rapidez; por ello las explosiones son muy fuertes y pulverizan la lava, produciendo mucha ceniza, lanzada al aire acompañadas de otros materiales fragmentarios. Cuando la lava sale al exterior se solidifica rápidamente, pero los gases que se desprenden rompen y resquebrajan su superficie, que por ello resulta áspera y muy irregular, formándose lavas de tipo Aa. Los conos de estos volcanes son de pendiente muy inclinada.

Vesubiano [editar]
Difiere del vulcaniano en que la presión de los gases es muy fuerte y produce explosiones muy violentas. Forma nubes ardientes que, al enfriarse, producen precipitaciones de cenizas, que pueden llegar a sepultar ciudades, como ocurrió con
Pompeya y Herculano y el volcán Vesubio.
Se caracteriza por alternar erupciones de
piroclastos con erupciones de coladas lávicas, dando lugar a una superposición en estratos que hace que este tipo de volcanes alcance grandes dimensiones. Otros volcanes de tipo vesubiano son el Teide, el Popocatépetl y el Fujiyama.

Mar [editar]
Los volcanes de tipo mar se encuentran en aguas someras, o presentan un lago en el interior del cráter, o en ocasiones forman
atolones. Sus explosiones son extraordinariamente violentas ya que a la energía propia del volcán se le suma la expansión del vapor de agua súbitamente calentado; son explosiones freáticas. Normalmente no presentan emisiones lávicas ni extrusiones de rocas.

Peleano [editar]
De los volcanes de las
Antillas es célebre la Montaña Pelada, ubicado en la isla Martinica, por su erupción de 1902, que destruyó su capital, Saint-Pierre.
La lava es extremadamente viscosa y se consolida con gran rapidez, llegando a tapar por completo el cráter; la enorme presión de los gases, sin salida, provoca una enorme explosión que levanta este tapón que se eleva formando una gran aguja. Así ocurrió el 8 de mayo de 1902, cuando las paredes del volcán cedieron a tan enorme empuje, abriéndose un conducto por el que salieron con extraordinaria fuerza los gases acumulados a elevada temperatura y que, mezclados con cenizas, formaron la nube ardiente que ocasionó 28.000 víctimas.

Krakatoano [editar]

Ilustración del volcán Krakatoa de principios del siglo XIX
Una explosión volcánica muy terrible fue la del volcán
Krakatoa, en la isla del mismo nombre(Indonesia). Originó una tremenda explosión y enormes maremotos, y destrozó la isla. Se cree que este tipo de erupciones se deben a la entrada en contacto de la lava ascendente con el agua o con rocas mojadas, por ello se denominan erupciones freáticas (véase "erupción de mar" más arriba).

Erupciones submarinas [editar]
En el fondo oceánico se producen erupciones volcánicas cuyas lavas, si llegan a la superficie, pueden formar islas volcánicas.Las erupciones suelen ser de corta duración en la mayoría de los casos, debido al equilibrio isostático de las lavas al enfriarse, entrando en contacto con el agua, y por la erosión marina. Algunas islas actuales como las
Cícladas (Grecia), tienen este origen.

Avalanchas de origen volcánico (Lahares) [editar]
Hay volcanes que ocasionan gran número de víctimas, debido a que sus grandes cráteres están durante el periodo de reposo convertidos en lagos o cubiertos de nieve. Al recobrar su actividad, el agua mezclada con cenizas y otros restos, es lanzada formando torrentes y
avalanchas de barro, que cuentan con una enorme capacidad destructiva. Un ejemplo fue la erupción del Nevado de Ruiz (Colombia) el 13 de noviembre de 1985. El Nevado del Ruiz es un volcán explosivo, en el que la cumbre del cráter (5.000 msnm) estaba recubierta por un casquete de hielo; al ascender la lava se recalentaron las capas de hielo, formando unas coladas de barro que invadieron el valle del río Lagunilla y sepultaron la ciudad de Armero, con 24.000 muertos y decenas de miles de heridos.

Erupciones fisurales [editar]
Se originan en una larga dislocación de la corteza terrestre, que puede ser desde apenas unos metros hasta varios km. La lava que fluye a lo largo de la rotura es fluida y recorre grandes extensiones formando amplias mesetas, con 1 ó más km de espesor y miles de km². Un ejemplo de vulcanismo fisural es la meseta del
Decán (India).

Volcán en escudo [editar]
Cuando la lava expulsada por el volcán es fluida, de tipo hawaiano, el volcán adquiere una forma de una estructura amplia y abovedada, que por su apariencia se los denomina en escudo.

Columnas de basalto de la «Calzada del Gigante» en Irlanda del Norte.
Un volcán en escudo está formado principalmente por lavas
basálticas (ricas en hierro) y poco material piroclastico. El mayor volcán de la Tierra es el Mauna Loa, un volcán en escudo en las islas Hawaii. El Mauna Loa nace en las profundidades del mar, a unos 5 km y se eleva sobre el nivel del mar por unos 4.170 m.
Los volcanes en escudo como el Mauna Loa se forman a lo largo de millones de años gracias a ciclos de erupciones de lava que se van superponiendo unas con otras.
El volcán de escudo más activo es el
Kilauea, localizado en la Isla de Hawaii, al lado de Mauna Loa. En el período histórico el Kilauea ha entrado unas 50 veces en erupción y es, por lo tanto, el volcán de este tipo más estudiado.
El resultado de erupciones constantes durante millones de años ha dado lugar a la creación de las montañas más grandes de la Tierra (si se tiene en cuenta la altura contando desde la base en el lecho marino). Por ejemplo, el Mauna Loa, desde su base submarina hasta su cúspide, cuenta con una altura de 9.5 km, mas alto que el
monte Everest.
Los geólogos creen que las primeras etapas de formación de los volcanes en escudo consiste en erupciones frecuentes de delgadas
coladas de basaltos muy líquidas. Además de estas erupciones también se producen erupciones laterales. Normalmente con el cese de cada fase eruptiva se produce el hundimiento del área de la cima. En las últimas fases, las erupciones son más esporádicas y la erupción piroclástica se hace más frecuente. A medida que esto sucede, las coladas de lava tienden a ser más viscosas, lo que provoca que sean más cortas y potentes. Así, va aumentando la pendiente de la ladera del área de la cima.
Los volcanes en escudo son muy comunes y también se han identificado en el sistema solar. El más grande conocido hasta la fecha es el
Monte Olimpo, sobre la superficie de Marte, encontrándose también varios de estos volcanes sobre la superficie de Venus, aunque de apariencia más achatada.

Flujo piroclástico [editar]

Flujo piroclástico expulsado por el volcán Mayon en Filipinas
Cuando las erupciones de un volcán llegan acompañadas de gases calientes y cenizas se produce lo que se conoce como flujo piroclástico o «nube ardiente». También conocida como avalancha incandescente, el flujo piroclástico se desplaza pendiente abajo a velocidades cercanas a los 200 km/h. La sección basal de estas nubes contienen gases calientes y partículas que flotan en ellos. De esta forma, las nubes transportan fragmentos de rocas que –gracias al rebote de los gases calientes en expansión– se depositan a lo largo de más de 100 km desde su punto de origen.
En
1902 una nube ardiente de un pequeño volcán llamado Monte Pelée en la isla caribeña de Martinica destruyó la ciudad portuaria de San Pedro. La destrucción fue tan devastadora que murió casi toda la población (unos 28.000 habitantes). A diferencia de Pompeya, que quedó enterrada en un manto de cenizas en un plazo de tres días y las casas quedaron intactas (salvo los techos por el peso de las cenizas), la ciudad de San Pedro fue destruida sólo en minutos y la energía liberada fue tal que los árboles fueron arrancados de raíz, las paredes de las casas desaparecieron y las monturas de los cañones se desintegraron. La erupción del Monte Pelée muestra cuan distintos pueden ser dos volcanes del mismo tipo.

Lahar [editar]
Los conos compuestos también producen coladas de barro llamadas
lahar, una palabra de origen indonesio. Estos flujos se producen cuando las cenizas y derrubios volcánicos se saturan de agua y descienden pendiente abajo, normalmente siguiendo los cauces de los ríos. Algunos de los lahares se producen cuando la saturación es provocada por la lluvia, mientras que en otros casos cuando grandes volúmenes de hielo y nieve se funden por una erupción volcánica. En Islandia, el último caso se denomina jökulhlaup y es un fenómeno devastador.
Destrucciones importantes de lahares se dieron en
1980 con la erupción del Monte Santa Helena, en Estados Unidos, que a pesar de los destrozos producidos, no produjo muchas víctimas debido a que la región está poco poblada. Otro fue en 1985 con la erupción del Nevado del Ruiz, en Colombia, la cual generó un lahar que acabó con casi 20.000 personas.

Formas volcánicas relacionadas [editar]

Calderas [editar]

Caldera Aniakchak, en Alaska.
La mayoría de los volcanes presentan en su cima un cráter de paredes empinadas, por el interior. Cuando el cráter supera 1 km de diámetro se denomina caldera volcánica.
Las calderas son estructuras de forma circular y la mayoría se forma cuando la estructura volcánica se hunde sobre la cámara magmática parcialmente vacía que se sitúa por debajo. Si bien la mayoría de las calderas se crea por el hundimiento producido después de una
erupción explosiva, esto no es así en todos los casos.
En el caso de los enormes
volcanes en escudo de Hawái, las calderas se crearon por la continua subsidencia a medida que el magma se drenaba desde la cámara magmática durante las erupciones laterales. También las calderas de las islas Galápagos se han ido hundiendo por derrames laterales.
Las calderas de gran tamaño se forman cuando un cuerpo magmático
granítico (félsico) se ubica cerca de la superficie curvando de esta manera las rocas superiores. Posteriormente, una fractura en el techo permite al magma rico en gases y muy viscoso ascender hasta la superficie, donde expulsa de manera explosiva, enormes volúmenes de material piroclástico, fundamentalmente cenizas y fragmentos de pumita. Estos materiales se denominan coladas piroclásticas y pueden alcanzar velocidades de 100 km/h. Cuando estos materiales se detienen, los fragmentos calientes se fusionan para formar una toba soldada que se asemeja a una colada de lava solidificada. Finalmente, el techo se derrumba dando lugar a una caldera. Este procedimiento puede repetirse varias veces en el mismo lugar.
Se conocen al menos 138 calderas que superan los 5 km de diámetro. Muchas de estas calderas son difíciles de ubicar, por lo que han sido identificadas con imágenes de satélites. Entre las más importantes se encuentra
La Garita con unos 32 km de diámetro y una longitud de 80 que está ubicada en las montañas de San Juan al sur del estado de Colorado.

Erupciones fisurales y llanuras de lava [editar]

Volcán Laki en Islandia.
A pesar de que las erupciones volcánicas están relacionadas con estructuras en forma de cono, la mayor parte del material volcánico es extruido por fracturas en la corteza denominadas
fisuras. Estas fisuras permiten la salida de lavas de baja viscosidad que recubren grandes áreas. La llanura de Columbia en el noroeste de los Estados Unidos se formó de esta manera. Las erupciones fisurales expulsaron lava basáltica muy líquida. Las coladas siguientes cubrieron el relieve y formaron una llanura de lava (plateau) que en algunos lugares tiene casi 1,5 km de grosor. La fluidez se evidencia en la superficie recorrida por la lava: unos 150 km desde su origen. A estas coladas se las denomina basaltos de inundación (flood basalts).
Este tipo de coladas sucede fundamentalmente en el suelo oceánico y no puede verse. A lo largo de las
dorsales oceánicas, donde la expansión del suelo oceánico es activa, las erupciones fisurales generan nuevo suelo oceánico. Islandia está ubicada encima de la dorsal centroatlántica y ha experimentado numerosas erupciones fisurales. Las erupciones fisurales más grandes de Islandia ocurrieron en 1783 y se denominaron erupciones de Laki. Laki es una fisura o volcán fisural de 25 km de largo que generó más de 20 chimeneas separadas que expulsaron corrientes de lava basáltica muy fluida. El volumen total de lava expulsada por las erupciones de Laki fue superior a los 12 km³. Los gases arruinaron las praderas y mataron al ganado islandés. La hambruna subsiguiente mató cerca de 10.000 personas. La caldera está situada muy por debajo de la boca del volcán.

Domo de lava [editar]

Domos de lava en el cráter del Monte Santa Helena (Estados Unidos).
La lava rica en sílice es viscosa y por lo tanto, apenas fluye; cuando es extruida fuera de la chimenea puede producir una masa bulbosa de lava solidificada que se denomina
domo de lava. Debido a su viscosidad, la mayoría está compuesto por riolitas y otros por obsidianas. La mayoría de los domos volcánicos se desarrollan a partir de una erupción explosiva de un magma rico en gases.
Aunque la mayoría de los domos volcánicos están asociados a
conos compuestos, algunos se forman de manera independiente. Tal es el caso de la línea de domos riolíticos y de obsidiana en los cráteres Mono en California.

Chimeneas y pitones volcánicos [editar]
Los volcanes se alimentan del magma a través de conductos denominados
chimeneas. Estas tuberías pueden extenderse hasta unos 200 km de profundidad. En este caso, las estructuras proveen de muestras del manto que han experimentado muy pocas alteraciones durante su ascenso.
Las chimeneas volcánicas mejor conocidas son las
sudafricanas que están cargadas de diamantes. Las rocas que rellenan estas chimeneas se originaron a profundidades de 150 km, donde la presión es lo bastante elevada como para generar diamantes y otros minerales de alta presión.
Debido a que los volcanes están siendo rebajados constantemente por la
erosión y la meteorización, los conos de cenizas son desgastados con el tiempo, pero no sucede lo mismo con otros volcanes. Conforme la erosión progresa, la roca que ocupa la chimenea y que es más resistente, puede permanecer de pie sobre el terreno circundante mucho después de que haya desaparecido el cono que la contiene. A estas estructuras de las denomina pitón volcánico. Shiprock, en Nuevo México, es un claro ejemplo de este tipo de estructuras